Santo Domingo.- Un avión monomotor amarillo, matrícula HI-001, cuelga en el aire frente al “stand” del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) en la XIII Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2010 (FIL). Este viene siendo apenas la punta del iceberg dentro de la programación con que esta dependencia estatal cuenta para ofrecer a sus visitantes.
Dentro, una exposición iconográfica y fotográfica acompaña a sendas estatuas de Zoilo Hermógenes García y Alberto Santos-Dumont, pioneros de la aviación dominicana y continental, respectivamente.
Pero el principal atractivo es una caja poco ruidosa que hace las veces de una cabina de avión. Decenas de personas hacen fila durante largos períodos de tiempo esperando por un turno para poder utilizarla.
En efecto, como explica Michael Trim, director de la escuela de aviación de la Academia Superior de Ciencias Aeronáuticas (ASCA), dependencia del IDAC, este simulador es el que se utiliza en el recinto ubicado en Las Américas para el entrenamiento y formación de pilotos, una de las áreas de ASCA, y cuenta con una de las tecnologías más avanzadas actualmente.
¿Qué lo hace diferente? Algo tan sencillo pero a la vez tan complejo como la movilidad. En efecto, para integrar en un ciento por ciento la sensación de realidad en un ambiente seguro, esta cabina incluye un motor eléctrico y un sistema hidráulico de amortiguadores que reacciona a todos los estímulos que se comanden desde la cabina.
Dentro de ella, se observan varias pantallas que reflejan en un ambiente de 270 grados la cabina del avión.
LA EXPERIENCIA DE “VUELO”
Cuando
un
visitante a esta XIII FIL es introducido en la cabina, lo hace en
compañía de uno de los instructores de la escuela de aviación de ASCA,
quien le brinda un entrenamiento rápido de unos 30 segundos
aproximadamente, para después proceder a realizar una de las maniobras
que mayor pericia requiere: el aterrizaje.
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