Por Yulissa Matos/Fotografía:Carlos Mejía |
3 de Jul 2010 |
![]() En estos 16 años de labor que lleva en la Fundación Fénix, Giralda ha comprendido el significado de la frase “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, enseñando a estas personas a quererse, valorarse y servir a la sociedad. |
Por el año 1993 vino una persona a verme, que había sido desintoxicada por su alcoholismo en un centro de salud. Estaba tembloroso y temeroso. Acudimos al Consejo Nacional de Drogas en busca de ayuda para este caso. Nos recibieron los doctores Manuel Herrera y Jacobo Fernández, quienes nos sugirieron comenzar un proyecto para ayudar a personas como ésta, nos pareció un gran reto, y a partir de ese momento comenzamos a dar los primeros pasos. Hoy Fundación Fénix es una hermosa realidad que desde el año 1994, cuando fue constituida, viene brindando servicio a las personas que sufren esta enfermedad.
¿Qué la inspiró a unirse a esta causa?
A comienzos de los años 90 empezaron a ocurrir grandes cambios en mi vida. Primero, en el mes de junio participo del cursillo de cristiandad (531); desde ahí mi relación con Dios se hace más estrecha y empiezo a ver mis defectos de carácter (por no decir mis pecados) manifestados en mi condición humana a través del juzgar, señalar, darles crédito a mis prejuicios, entre otros. Para mí un alcohólico o adicto era una persona débil, viciosa, sin voluntad. Pero Dios me tenía una sorpresa. Llego a la ciudad de Miami y ahí conozco a personas que transformaron mi vida. Y a través de éstas supe que es una enfermedad. Ahí cambió no sólo mi modo de ver, sentir y de juzgar; ahí me cambió la vida.
¿Cuál es el mayor reto como institución?
Tener nuestras propias instalaciones, adecuadas para cubrir a un mayor número de personas y seguir brindando un servicio de excelencia.
¿Cuál ha sido la historia que más la ha marcado?
La muerte de un jovencito. Por primera vez teníamos un muchacho tan joven, de apenas unos 16 años. Su padre lo sacó de la institución alegando que estaba bueno de niñerías y se lo llevó, a pesar de suplicarle que no lo hiciera, incluyendo su pobre madre. La próxima vez que lo vi fue en un ataúd; se había suicidado con la escopeta de su papá. Tenía las uñas llenas de cemento. Una víctima más de la adicción.
¿La adicción puede ser clasificada?
Como una enfermedad, independientemente de lo que muchos digan o piensen. En nuestra institución se utiliza el enfoque clínico, que es el procedimiento más moderno en el abordaje de esta enfermedad, entendiendo que la adicción se caracteriza por un conjunto de manifestaciones fisiológicas y conductuales donde el individuo manifiesta de forma obsesiva el deseo de llevar a cabo una actividad, generando una conducta compulsiva que se traduce en la imposibilidad del paciente para detenerla con su propia voluntad. Este enfoque se complementa con el programa llamado los Doce Pasos de los Grupos de Auto Ayuda, llevado a cabo no solamente con los enfermos, sino dándole apoyo también a los familiares. La enfermedad de la adicción es incurable, progresiva y de efectos fatales, causando graves problemas a las familias afectadas y en todo su entorno.
¿Qué papel juega la familia en la recuperación de un adicto?
Es fundamental e importantísimo que el adicto sea acompañado por la familia en su proceso de recuperación.
¿Cuál ha sido la mayor satisfacción recibida?
La recibo cada día cuando veo que los pacientes recobran lo que creían habían perdido: su fe, haciendo contacto con un poder superior (Dios); su confianza en sí mismo, su autoestima, la mirada con un brillo especial, llena de esperanza; y su familia, quienes al igual que ellos han encontrado la solución a su problema. Es maravilloso poder verlos resurgir de sus propias cenizas como el ave Fénix, aprendiendo a caminar y a enfrentar la vida sin muletas, ver y sentir la mano de Dios haciendo cada día el milagro de la recuperación, oír sus testimonios que me llegan al corazón y me dan el impulso de seguir en este camino por difícil que parezca.
¿Qué hace el paciente cuando termina su proceso en Fundación Fénix?
Se reintegra a la sociedad y le brindamos ayuda permanente, pueden venir a tocar esta puerta cada vez que lo necesiten, cada vez que sientan que van a recaer. Aquí le damos una ayuda de por vida.
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