Por Ivelisse Santos |
14 de Oct 2010. |
![]() También llamada la ciudad de los Bellos Atardeceres, la Tacita de Oro y Mosquitisol, la ciudad de San Pedro de Macorís fue un importante puente económico para República Dominicana a finales del siglo XIX y comienzos del XX, conociéndose, entre otros hechos, que tuvo el primer puerto de hidroaviones, hoy, Puerto Higuamo. La primera comunicación vía telefónica ocurrida en país en 1876; se construyó el primer edificio de cuatro plantas del país, conocido como Morey, y su Iglesia, hoy Catedral, San Pedro Apostol. |
La bienvenida a este pueblo la da un gigantesco monumento, el cual está soportado en un libro abierto, la Biblia; que representa la evangelización, así como la intelectualidad, con sus grandes escritores y poetas.
Cuenta con figuras de destacados peloteros, con Guloyas, cocolos y cangrejos, todo símbolos de la cultura petromacorisana.
En el centro urbano, se encuentra el parque Juan Pablo Duarte, que como es común en los pueblos del país, los domingos es escenario de conciertos a cargo de la Banda de Música Municipal.
No muy lejos de allí se encuentra la iglesia San Pedro Apóstol, de estilo arquitectónico neoclásico; y enfrente está la Plazoleta Padres de la Patria, primera del país en ser dedicada a los patricios.
San Pedro de Macorís es la cuna de la Universidad Central del Este y, como buena ciudad costera, posee un malecón que es punto de encuentro nocturno.
Los fines se semana se convierte en una zona peatonal que las familias aprovechan para recrearse o dar una que otra vuelta en bicicleta.
Esta ciudad oriental, además su importancia por encerrar gran parte de la historia del país, resalta por ser un pueblo donde la diversión no acaba.
En las fiestas patronales y los carnavales, los Guloyas desfilan con sus trajes y ornamentos cargados de espejitos y toda clase de abalorio. Al redoble de sus rústicos tambores se pierde la compostura.
Todos a su paso se lanzan a la calle a “gozar el espectáculo”. Llueven las monedas y una que otra botella pasa de mano en mano hasta gastar su contenido. Así celebran los Guloyas y el pueblo macorisano sus fiestas patronales y festividades.
La ciudad petromacorisana posee cuatro de las más hermosas y frecuentadas playas del país: Caribe, Guayacanes, Juan Dolio y Villas del Mar y cuenta con la mayor cantidad de ingenios azucareros del país.
Deliciosa gastronomía. San Pedro de Macorís tiene una rica tradición de pasteles en hoja. Otra de las comidas típicas de este pueblo son los domplines.
Si vas a esta provincia o escuchas que alguien irá pronto, encárgale una botellita de guababerry, un licor preparado a base de canela, azúcar y ron.
También piensa en probar el pancuco, un delicioso pan casero.
Tierra de poetas y peloteros
Además de la caña de azúcar, San Pedro de Macorís es reconocido por sus grandes poetas, hasta el punto de ganar el apodo de "Ciudad de los Poetas" y por ser tierra que ha dado grades peloteros .
Algunos poetas fueron: René del Risco Bermúdez, Gastón Fernández Deligne, Virgilio Díaz Ordóñez, Freddy Gaston Arce, Víctor Manuel Villegas y Pedro Mir.
Muchos peloteros dominicanos que juegan en las Grandes Ligas son oriundos de San Pedro de Macorís como son Sammy Sosa, Ricardo Carty, Julio Cesar Franco, Pedro Guerrero, Joaquín Andújar, Alfonso Soriano, Jorge Bell, Alfredo Griffin, Rafaelín Ramírez, Tony Fernández, José Offerman, entre otros muy destacados.
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