Escrito por: Por Javier Pelaez
Martes 22 de Febrero 2011.
La historia de hoy nos va a llevar a finales de la Segunda Guerra Mundial. Allá por el año 1944 y cuando la gran confrontación bélica daba ya sus últimos coletazos, al gobierno de los Estados Unidos se le ocurrió instalar una base militar en una remota isla llamada Saint Matthew en las frías costas de Alaska.
Saint Matthew es en realidad un punto perdido y olvidado en el frío mar de Bering en el que, en aquel lejano 1944, desembarcaron 19 soldados americanos con la misión de instalar un sistema de radio navegación. En caso de que la contienda se alargara y pudieran quedar incomunicados en aquella isla, se llevaron con ellos 19 renos a modo de previsión y alimento.
De esta manera aquellos 19 renos se encontraron con un paraje ventajoso, un clima apropiado, abundante vegetación y ningún depredador que pudiera ponerles en peligro.
El tiempo pasó hasta llegar a 1957, año en el que un equipo de investigadores arribó a las costas de Saint Matthew comprobando un hecho realmente curioso: en tan solo un periodo de 13 años la colonia de renos había pasado de los 19 originales a 1350 ejemplares.
Los renos se habían multiplicado colonizando toda la isla y lo más asombroso, al volver tan sólo 6 años después, en 1963, aquella colonia de renos de Saint Matthew alcanzaba ya los ¡6.000 renos!
Un crecimiento asombroso que, sin embargo, se vio frenado en seco en la siguiente visita.
En 1966, 3 años después, el ser humano volvía a pisar la isla para comprobar algo realmente desconcertante: toda aquella población (de hasta 6.000 renos) había desaparecido. Entre multitud de esqueletos, los investigadores encontraron que tan sólo quedaban 42 renos, de los cuales tan sólo quedaba un macho que, además, resultó infértil.
Bastaron 3 años para que toda una colonia de renos desapareciera hasta quedarse en mínimos.
¿Qué había ocurrido en aquel breve lapso de tiempo? La respuesta se encontraba en la propia isla en un tiempo verde y abundante, ahora se encontraba prácticamente yerma y sin recursos. Bastó con un par de duros inviernos para que la falta de alimento acabara con la existencia de toda la población de renos que, hacía poco, crecía desmesuradamente en Saint Matthew.
Comentarios